El Apocalipsis según Stonehenge

Estoy parada frente a Stonehenge viendo el fin de nuestra especie.

Estrictamente, todo esto comenzó con el Big Bang; pero es más preciso decir que inició aquí en la Tierra con el misteriosísimo LUCA (last universal common ancestor). La verdad es que habría que ponernos al corriente de tantas eras geológicas para llegar hasta el día de hoy, que nos tomaría el antropoceno completo hacerlo. Así que mejor nos olvidaremos de todo este rigor científico y empezaremos hace unas pocas decenas de miles de años con algún neandertal haciéndose de herramientas para extender sus posibilidades animales.

Me parece poético hablar de los neandertales porque ellos vivieron un cambio climático tremendo, tanto, que marcó el inicio de una nueva era geológica y su propia extinción; pero, allende el Pleistoceno, cohabitaba con él un primate de inteligencia superior y tecnología más sofisticada, a éste se llamaba cromañón (tan parecido a ti que si lo bañas, lo peinas y le pones unos pantalones, podría ser tu primo el gorilón). Este greñudo homínido logró superar la transición del Pleistoceno al Holoceno, y hoy se encuentra desarrollando softwares de inteligencia artificial superiores a la suya en el borde de un tremendo cambio climático que difícilmente podrá soportar ¿A alguien le parece familiar esta historia?

Estoy parada frente a Stonehenge, pensando en sus habitantes que, 5,000 años atrás, vivían el apogeo holocénico, los imaginé creando este sofisticado calendario megalítico, los imaginé haciéndose de herramientas para poder extender sus posibilidades físicas y espirituales, buscando controlar lo incontrolable, limitando lo ilimitable, buscando adueñarse de su propio dueño. Luego nos vi a nosotros, cromañones, transitando hacia una nueva era geológica, a otro cambio climático y creando inteligencias autónomas fuera de los límites de nuestra comprensión.

Estamos parados frente a Stonehenge, tomándonos fotos y riendo como neandertales, mientras nuestro propio apocalipsis está dando su último hervor.

– Carlota